…Hoy lo cuento desde el recuerdo y evoco aquellas claras imágenes que distingo con nitidez: la Chevrolet abandonada allí, carcomida por la herrumbre que apenas permitía distinguir en algún pliegue el verde claro que lució en su mejor momento; unos tambores de 200 litros, que alguna vez contuvieron aceite, de colores ya desvanecidos, amontonados junto a la pared del galpón que albergaba un tractor, una cosechadora, algunas máquinas menores y trastos mecánicos de distinto tipo, casi todo obsoleto e inútil; el largo cerco de ligustros que como ya nadie podaba había perdido la figura geométrica de antaño y se había convertido en un monte bajo e incontenible; una tipa que de a ratos dejaba caer alguna sámara que bajaba girando como un helicóptero –eso me parecía en mi infancia–; el olor a heno y a bosta seca de los vacunos, tan propios de la pampa… Todo reunido a mi alrededor diciéndome, casi en un susurro, esto pertenece al estante donde almacenas tus mejores recuerdos, o tal vez los recuerdos de tus mejores momentos.

De Morrison Blues, 2025