SALA 7 - TODOS LOS DOMINGOS
Apuntes (anti)dominicales
Edward Hopper
(EEUU, 1882 – 1967)
Domingo, 1926
The Phillips Collection, Washington, DC
– Cuando se es muy niño, todo es más fácil: los siete días de la semana se parecen, y hasta es posible que durante ese período cualquier domingo a uno lo lleven al circo o a un parque, o a visitar a algún primo. Pero eso se acaba y comienzan los problemas.
– La escuela, empieza la pesadilla de la escuela. La semana es terrorífica pero se logra rescatar algo del viernes. El sábado se disfruta a pleno, llega la noche y tras cepillarse los dientes el espejo muestra un rostro distendido y feliz. Entonces el escolar se acuesta, libre de preocupaciones, duerme de un tirón y cuando se levanta, cercano el mediodía, va a lavarse la cara y el mismo espejo de la noche anterior le devuelve una imagen diferente, ya es otro, ya percibe que está en la víspera indeseada. Al día siguiente tendrá que volver a madrugar y soportar el lunes y el martes y el miércoles…
– Dirán que está el fútbol o cualquier otra competencia deportiva, el cine, paseos varios… Es posible, pero cae la tarde y al volver a casa los cultores activos del odio a la escuela cruzan los dedos para que alguna catástrofe o la muerte de algún célebre sea causa de asueto para el lunes.
– Ya mayor, tal vez aparezcan motivaciones o divertimentos extraordinarios que puedan por momentos que uno se abstraiga del almanaque y olvide qué día de la semana es, pero, como los bostezos, el hastío dominical es contagioso.
– Ni que hablar de las reuniones familiares en casa de los padres, pesadilla de yernos y nueras. Sentados a la mesa, si alguno ya no está, se añora su presencia; si hay quien faltó, alguien se encargará de criticarlo, por eso o por lo que sea; si la asistencia es perfecta, habrá por lo menos dos que no se llevan bien; si se han añadido ajenos, ya no es una reunión familiar.
– A ojos de la madre, los hijos varones no están casados con la mujer ideal; las chicas podrían haber enganchado algo mejor y no esos pelagatos muy despiertos pero sin futuro. Hijos e hijas ven si hay algo que se puedan llevar, y sus cónyuges piensan que estarían mejor viendo tele en su casa. El padre espera el momento para irse a dormir la siesta.
– Quienes no tienen familia cerca y zafan del encuentro dominical, pasan el día en la casa limpiando, acomodando, lavando ropa, arreglando el jardín, haciendo reparaciones varias… o salen de paseo y asisten a amuchamientos, esparcimientos caros, lugares ruidosos y soportan congestiones de tráfico y retornos fastidiosos.
– Todos procuran esquivarle al aburrimiento del domingo, al hastío, al no saber qué hacer con tanto tiempo libre y terminan admitiendo, aunque no lo pongan en palabras, que el trabajo les resuelve ese problema. Los que lo tienen, claro.
Harry Rutherford
(Manchester, 1903–1985)
Sunday Afternoon, Hyde
Salford Museum & Art Gallery, Inglaterra
https://artuk.org/discover/artworks/sunday-afternoon-hyde-165562
Joseph De Martini
(EE.UU, 1896 – 1984)
Docks on Sunday, 1941
Metropolitan Museum of Art
Renato Guttuso
(Italia, 1911 – 1987)
Domingo del trabajador calabrés en Roma (Rocco con un gramófono),1960 – 1961
Museo Pushkin, Moscú
https://collection.pushkinmuseum.art/entity/OBJECT/79784?page=9&fund=13&index=421
Velox Ward
(EEUU, 1901 – 1994)
Domingo por la tarde, 1966
Amon Carter Museum of American Art, Fort Worth, EEUU
https://www.cartermuseum.org/collection/sunday-afternoon-19673
Bror Julius Olsson Nordfeldt
(Suecia, 1878 – EEUU, 1955)
Aburrimiento del domingo, 1930
Michener Art Museum, Pensilvania, EEUU
https://artsandculture.google.com/asset/sunday-boredom/PAF4UQ-H9Pjbig?hl=es-419
Jonathan Eastman Johnson
(EEUU, 1824 – 1906)
Domingo, 1866
The New York Historical, EEUU
Paul Signac
(París, 1863 – 1935)
Domingo, 1890
Colección particular
Georges Pierre Seurat
(París, 1859 – 1891)
Una tarde del domingo en la isla de La Grande Jatte, 1884-1886
The Art Institute of Chicago, EEUU
https://artsandculture.google.com/asset/a-sunday-on-la-grande-jatte/twGyqq52R-lYpA?hl=es-419
Daniel Pérez
(Buenos Aires, 1944)
Domingueros, s.d.
Pinacoteca Banco Nación, Argentina
https://www.bna.com.ar/Downloads/PinacotecadelBancodelaNacionArgentina.pdf