SALA 5 - DESAFÍOS D
Causalidad
George Bellows
(EEUU, 1882 – 1925)
Dempsey and Firpo,1924
Whitney Museum of American Art, EEUU
Por el rabillo del ojo le parece ver la vieja radio a válvulas, apoyada sobre una silla junto a la cama. Una Philips de baquelita color marrón, no muy grande, que además del cable para enchufarla al tomacorriente tiene dos más, uno naranja y el otro rojo, de un solo filamento y con la punta pelada, que hay que apretar cuando la señal es débil. No toques esos cables que vas a quedar pegado, dice la madre. Pero es que así se escucha mejor, aunque hay que reconocer que a veces el rojo provoca un inquietante cosquilleo.
No puede poner muy alto el volumen porque en esa casa las habitaciones deben estar con las puertas abiertas, según ha dicho el padre sin dar razones. Incluso a veces ha estado desvelado y escuchado algún fuerte ronquido, vaya a saber de quién.
Tuvo que preparar con mucho sigilo el traslado del aparato a su cuarto. No pensó en pedirlo porque recibiría un no por toda respuesta. No porque no. En cambio, consumado el hecho, tenía dos alternativas: terminado el motivo por el que lo llevó, la pelea entre Firpo y Dempsey, devolverlo a su ubicación habitual, con los riesgos que implicaba; lo otro era dormirse y a la mañana cuando le recriminaran el acto responder que no sabía que estaba prohibido, que no molestaba a nadie y otras respuestas que nadie escucharía y que no lo librarían de alguna penitencia como no salir a la puerta por unos días, quedarse sin postre o reprimendas similares y habituales en esa casa.
Claro que no pudo escuchar el relato de la pelea, ni él ni nadie, porque no se transmitió, ni en esa ocasión ni décadas antes, cuando se disputó, desconocimiento que le generó inútiles expectativas. Pero aquello tuvo un final inesperado. Por la mañana temprano, en silencio y ante la vista de todos, puso la radio en su lugar habitual. La enchufó y se dio vuelta algo agazapado, como aguardando retos, anuncios de castigos y amenazas. Nadie dijo nada. Desayunó en silencio y se pasó el día a la espera de la pena.
No la hubo. Ni ese día ni los siguientes. A la semana puso la silla junto a la cama y cuando los demás se acostaron, alzó la Phillips y se fue a dormir con ella.
Y eso hizo esa noche y todas las que siguieron.
Así se enteró de lo que sucedía en países lejanos, aprendió mucho de música, nacional y del mundo, disfrutó del teatro leído, también de la poesía, escuchó relatos de partidos de fútbol, carreras de autos y peleas, aunque no la de Firpo con Dempsey, que originó estas líneas. Y con solo dejar durante el día el aparato en su lugar habitual pudo seguir durante años trasnochándose con la radio a su lado.
Por suerte, los adultos suelen ser imprevisibles.
George Bellows
(EEUU, 1882 – 1925)
Club Night, 1907
National Gallery of Art, Washington, EEUU
https://www.nga.gov/collection/art-object-page.61247.html
Thomas Eakins
(EEUU, 1844–1916)
Entre rounds, (circa 1890)
Philadelphia Museum of Art, EEUU
https://commons.wikimedia.org/wiki/Paintings_by_Thomas_Eakins#/media/
Fletcher Martin
(EEUU, 1904 – México, 1979)
Down for the Count, 1936-37
Blanton Museum of Art, Austin, EEUU
William Roberts
(Inglaterra, 1895-1980)
El intervalo antes del décimo round, 1919-1920
Art Gallery of New South Wales, Sydney, Australia
https://www.artgallery.nsw.gov.au/collection/works/OB1.1967/
Peter Howson
(Escocia, 1958)
The boxer, s.f.
Colección particular