Marianne von Werefkin
(Rusia, 1860 – Suiza, 1938)
Puesto de policía en Wilna, 1914
Museo Comunale d´Arte Moderno, Ascona, Suiza
Cuando las alimañas invadieron nuestra aldea
Cuando circuló la voz de que las alimañas habían invadido nuestro pueblo, alguien anunció que llamaría a quienes se encargarían de ellas. La gente, o al menos los que siempre hablaban, parecían no tener otro tema de conversación.
Una mañana entró al pueblo un convoy de camiones del que bajaron decenas, cientos de uniformados que armaron campamento en la puerta del ayuntamiento y se hicieron cargo del control de las calles.
Fijaron normas muy estrictas. Salidas solo a hacer las compras y poco más. Se acabaron los paseos nocturnos: la noche es cuando más peligros corremos, dijeron.
Ni hablar de fiestas, ya no podemos juntarnos: se le ha dicho a todo el mundo que las alimañas proliferan allí donde hay varias personas reunidas. Igual a veces, cuando nadie nos ve, hablamos entre vecinos, unos pocos, y comentamos la situación.
Es curioso, ninguno vio nunca una alimaña.

